Una charla con Sawyer (3 de 6)

Y sí, para completar el triángulo amoroso es el turno de James "Sawyer" Ford, que en este momento es una especie de "líder" entre los que quedaron en la Isla.




¿Alguna vez has deseado que la maldita Isla simplemente explote?
Sí, lo he deseado. ¡Creo que explotó pero regresó!

¿Qué pasa por la cabeza de Sawyer esta temporada?
Sobre todo confusión. Y la forma que encuentra para sobrevivir es interesante, está tomando un papel diferente al que estaba acostumbrado en el pasado...

¿Es ahora más héroe?
Puede ser visto de esa forma pero creo que es más superviviente y hace lo necesaria. La forma en que participa en la historia se puede entender como heroica o un buen momento. Depende de cómo lo quieras ver.

¿Estás deseando llegar al final?
¡Sí, por Dios! Tengo ganas de saber, como espectador, qué cojones está pasando. No tengo pistas todavía. Lo único que sé es que la Isla se movió, algo que es magnífico, pero eso es todo.

¿Qué es lo primero que harás cuando acabe la serie?
Creo que me afeitaré la cabeza al estilo mohicano. Siempre he querido ser un mohicano.

¿Qué te dicen los fans cuando estás en Gran Bretaña?
Paso bastante desapercibido cuando salgo. Casi nadie me reconoce y si lo hacen se produce un susurro, Psss, psss. Las mujeres mayores, americanas, borrachas son las que más se acercan.

¿Qué te dicen?
"Oh Dios mío" y me cogen y me zarandean. No son chicas de 21 años las que hablan de mí. No, son mujeres mayores que han bebido demasiado Mai Tais. No me importa.

¿Has tenido algún momento complicado o vergonzoso con los fans?
Me han pasado algunas cosas raras... Una vez estaba en mi caravana. Intentando vaciarla, ya sabes, agua y material de la zona del lavabo y llegaron seis personas y me arrinconaron mientras llevaba mis guantes verdes quirúrgicos. Y fue como: "ah, no puedo firmar a nadie ahora mismo". Me sentí muy avergonzado.

Estoy seguro que no les importaba.
Bien pensado. Yo estaba: "estoy con vosotros en un minuto, cuando termine de las funciones humanas". Es vergonzoso estar con esos guantes, en Alaska o en cualquier sitio, incluso en medio de la nada. Era como, "me estáis tomando el pelo".

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